viernes, 24 de julio de 2020

EL ANTI INTELECTUALISMO COMO POLÍTICA EDUCATIVA Por: Javier Orlando vega Rueda*


EL ANTI INTELECTUALISMO COMO POLÍTICA EDUCATIVA

Por: Javier Orlando vega Rueda*

En una cultura mediada y regulada por los medios de comunicación y las redes sociales nuestra sociedad hoy establece como principios de verdad o falsedad lo que en ella se pueda transmitir con la inmediatez y la persuasión con la  que cuenta; De esto sí que lo manejan muy bien quienes tienen en sus manos la Política educativa del país, donde esta apuesta  por una Colombia educada es un Pilar de adoctrinamiento qué busca adormecer los procesos de conciencia creativa y crítica frente a la realidad que como sociedad vivimos.

La política educativa, se contradice ya que su formulación va en contravía con las realidades que se viven en los territorios, por ello toda clase de estímulos y nuevas formas pedagógicas y curriculares para la enseñanza, no se pueden aplicar, existe un gran vacío en su implementación pero ello no es fruto de las casualidades o de la misma inoperancia administrativa de quienes la manejan, todo lo contrario, ello obedece a unos principios de causalidad, donde no hay nada al azar, es una gran apuesta, es volver a una sociedad confesional,  donde los principios del conocimiento son manipulados y  llevados a convertirlos en sentimientos de masa, por ello no es gratuito que existan gran cantidad de jueces que condenan o absuelven sin ninguna carga probatoria a través de comentarios y opiniones. Esta práctica normalizada y disfrazada de un simple comentario, es la punta de lanza, donde se avivan las relaciones de amor y odio hacia el desarrollo intelectual, y lo hacen de forma subliminal. El científico, el maestro, como figura responsable de la educación que en otrora era garante para entregarle nuestros hijos a su formación, es hoy al mismo tiempo deslegitimado de su quehacer desde la misma institucionalidad, en una actitud de colocarle como bicho raro, que además es mirado sospechosamente en todo lo que hace o deja de hacer, es como si se alimentara un resentimiento hacia lo intelectual hacia los ideales, donde se pueda fortalecer un estado social de derecho,  son muchas  los casos en los que la actitud por parte del establecimiento culpa a los docentes de las crisis en las que se vive el país; lejos están Quienes manejan y direccionan la política en el país de querer hacer los cambios necesarios y mucho menos de querer aceptar los errores en la política educativa, entre otros porque para ellos no son errores son solo efectos colaterales a sus propósitos mercantil y utilitaristas, donde la política educativa se convirtió en el vehículo para alcanzar dichos objetivos, por ello hoy la opinión de un político tiene más fuerza que el dictamen o la recomendación de un científico o un experto intelectual y todo ello soportado en el hecho de poder invocar el sentimiento popular que se manipulan desde  las comunicaciones y sus redes, Hoy  estamos en un momento donde el anti-intelectualismo se impone como política educativa, en la práctica se establecen normas que llevan a Acciones que contradicen las ideas de los expertos la tendencia en la política educativa del país es privilegiar programas tecnológicos y con ellos algunas asignaturas que tengan alguna o quizás mayor relevancia en el mercado,  dejando de lado las humanidades y las ciencias sociales ya que son ellas sospechosas de aquel pensamiento emancipatorio al que tiene derecho toda sociedad.


·         Docente Lic. en Filosofía, especialista en Derechos Humanos y MBA en Dirección de empresas.

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