EL ANTI INTELECTUALISMO COMO POLÍTICA EDUCATIVA
Por:
Javier Orlando vega Rueda*
En una cultura
mediada y regulada por los medios de comunicación y las redes sociales nuestra
sociedad hoy establece como principios de verdad o falsedad lo que en ella se
pueda transmitir con la inmediatez y la persuasión con la que cuenta; De esto sí que lo manejan muy bien
quienes tienen en sus manos la Política educativa del país, donde esta apuesta por una Colombia educada es un Pilar de
adoctrinamiento qué busca adormecer los procesos de conciencia creativa y
crítica frente a la realidad que como sociedad vivimos.
La política
educativa, se contradice ya que su formulación va en contravía con las
realidades que se viven en los territorios, por ello toda clase de estímulos y
nuevas formas pedagógicas y curriculares para la enseñanza, no se pueden
aplicar, existe un gran vacío en su implementación pero ello no es fruto de las
casualidades o de la misma inoperancia administrativa de quienes la manejan,
todo lo contrario, ello obedece a unos principios de causalidad, donde no hay
nada al azar, es una gran apuesta, es volver a una sociedad confesional, donde los principios del conocimiento son
manipulados y llevados a convertirlos en
sentimientos de masa, por ello no es gratuito que existan gran cantidad de
jueces que condenan o absuelven sin ninguna carga probatoria a través de comentarios
y opiniones. Esta práctica normalizada y disfrazada de un simple comentario, es
la punta de lanza, donde se avivan las relaciones de amor y odio hacia el
desarrollo intelectual, y lo hacen de forma subliminal. El científico, el maestro,
como figura responsable de la educación que en otrora era garante para entregarle
nuestros hijos a su formación, es hoy al mismo tiempo deslegitimado de su
quehacer desde la misma institucionalidad, en una actitud de colocarle como bicho
raro, que además es mirado sospechosamente en todo lo que hace o deja de hacer,
es como si se alimentara un resentimiento hacia lo intelectual hacia los
ideales, donde se pueda fortalecer un estado social de derecho, son muchas
los casos en los que la actitud por parte del establecimiento culpa a
los docentes de las crisis en las que se vive el país; lejos están Quienes
manejan y direccionan la política en el país de querer hacer los cambios necesarios
y mucho menos de querer aceptar los errores en la política educativa, entre
otros porque para ellos no son errores son solo efectos colaterales a sus
propósitos mercantil y utilitaristas, donde la política educativa se convirtió
en el vehículo para alcanzar dichos objetivos, por ello hoy la opinión de un
político tiene más fuerza que el dictamen o la recomendación de un científico o
un experto intelectual y todo ello soportado en el hecho de poder invocar el
sentimiento popular que se manipulan desde las comunicaciones y sus redes, Hoy estamos en un momento donde el anti-intelectualismo
se impone como política educativa, en la práctica se establecen normas que
llevan a Acciones que contradicen las ideas de los expertos la tendencia en la
política educativa del país es privilegiar programas tecnológicos y con ellos
algunas asignaturas que tengan alguna o quizás mayor relevancia en el mercado, dejando de lado las humanidades y las ciencias
sociales ya que son ellas sospechosas de aquel pensamiento emancipatorio al que
tiene derecho toda sociedad.
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Docente Lic. en Filosofía, especialista en Derechos Humanos y
MBA en Dirección de empresas.
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